Rapidez, efectividad y baile. Sonrisa cómplice para su gente. Argentina había empatado 1-1 al término de los 90 minutos, pero el golpe ecuatoriano sobre el final no desarmó al arquero argentino, todo lo contrario. Ni siquiera, el hecho de que al capitán Leo Messi le haya tocado fallar el primer tiro desde los 12 pasos. Miró atentamente a Mena, el primer ejecutante rival, y le tapó el remate lanzándose contra su palo izquierdo.
"Nos complicaron un montón. Ellos hicieron un partidazo, muy físico. Sabíamos que iban a ser de los rivales más duros de la copa. Pero no estaba listo para irme a casa. Este grupo se merecía seguir". Y el camino continuó. Porque luego de la ejecución de Julián Álvarez, Dibu también atajó el segundo: Minda cambió de palo, fue contra el derecho, pero Martínez voló con el brazo izquierdo extendido y con la palma de su mano dispuesta a darle la clasificación a la selección Argentina.



